Hoy me gustaría escribir unas líneas sobre una cuestión importante de la seguridad vial. En concreto sobre la distancia de seguridad. Es algo que no sé por qué me da una especial rabia. Hay muchísima gente conduciendo a lo largo de nuestras carreteras, que les importa un bledo eso de tener que dejar una distancia con respeto al coche precedente.
A veces me gustaría psicoanalizar a estas personas. Saber que es lo que les pasa por esa mente tan obtusa que tienen. No sé si lo hacen por prisa, por inconsciencia, por sentir el «poder» en el volante intimidando al que va delante o vaya usted a saber. El caso es que la distancia de seguridad no entra en su vocabulario.
Últimamente no suelo coger mucho el coche, pero las veces que lo hago siempre me encuentro a un listillo de éstos. Les pone pegarse al culo del de delante, sobre todo por las noches, con las luces de cruce bien armadas y además si hace falta también con las antiniebla. Tienen que dar mayor susto, aunque la luz de la luna inunde el asfalto. Seguramente les debe recordar a esa película norteamericana del camionero asesino que intimida a los conductores por las noches, en las largas rectas de las carreteras de EE.UU.
Después están los listillos de las autovías y autopistas. Esos que aspiran a alcanzar la velocidad de la luz sin importarles lo más mínimo los demás conductores. —¿Distancia de seguridad?. Por favor… ¿Qué es eso? —dirían. Es de estas veces que vas por ejemplo por una autopista y te encuentras a un trailer que va a 100 km/h y decides adelantarle porque tú vas a 120km/h. En esto que mientras estás adelantando por el carril izquierdo, de repente aparece de la nada un bólido fastuoso detrás de ti que va a una velocidad de unos 170 km/h, y como no, se pega a tu culo.
Te empieza a intimidar, los hay incluso que te hacen luces. ¿ Cómo osas ponerte en su camino? Tú. Sí tú, insignificante conductor que va a 120 km/h.
Claro la opción que tienes es pisar a fondo el acelerador para ir más deprisa, y así alcanzar unos 160 km/h para poder adelantar al trailer y que el de atrás no pierda ni un solo milisegundo más de su valioso tiempo.
Así son las carreteras de nuestra querida España. Pues bien, ahora viene el lado oscuro de todo esto. Los datos de los siniestros contabilizados por la DGT por no mantener la distancia de seguridad son contundentes. He localizado un artículo de la revista de la Dirección General de Tráfico donde viene el número de accidentes que hubo durante el año 2012 por no mantener esta distancia. Se registraron cerca de 20.000 accidentes con víctimas, el 23,7% del total, en los que fallecieron 165 personas, 1.115 resultaron heridas graves y 30.998 leves.
Este es el resultado del capricho de algunos, donde ya no les importa no sólo su propia seguridad, sino tampoco la de los demás. Y la verdad por muchos inventos y gadgets de seguridad que tenga nuestro coche, hay que respetar las normas. El RACE nos muestra el resultado. Algo sobre lo que reflexionar sin duda.